Cada año, las empresas tienen que enfrentarse a las exigencias cada vez mayores sobre la responsabilidad ecológica.

Las motivaciones a adoptar estos nuevos comportamientos pueden venir de razones muy diferentes: desde las que solo quieren evitar las sanciones económicas o problemas de reputación hasta las que tienen la auténtica conciencia ecológica.

Los consumidores deben ser atentos a este detalle: una empresa puede mostrarse muy verde pero que sea solamente una buena estrategia marketing y que por detrás la realidad sea diferente. De hecho, los consumidores valoran cada vez más la aplicación de una economía verde en los procesos productivos de las empresas. También podemos hablar de empresa ecológica como la que antes de poner sus acciones en marcha, estudia y planifica el impacto ambiental que está ocasionando, e intentan mejorar este impacto y ser respetuosas con el medio ambiente.

La verdadera relación establecida entre ecología y empresa es cuando se integra realmente la ecología como valor de la empresa y cuando se explica su importancia para ella. Nunca es demasiado tarde para integrar esta conciencia y desarrollar este aspecto para añadirlo y hacer de ello un valor fundamental para la empresa.

El lugar de ADEESA en la ecología

Con nuestros conocimientos sobre los productos que ofrecemos, queremos optimizar los cambios de consumo para que sean más eficientes, más sostenibles y naturales. Como empresa honesta, los consumidores pueden estar tranquilos y confiar en la calidad y la veracidad de nuestra empresa. Podemos categorizar de compromiso interno, pero también externamente con nuestros proveedores, porque es fundamental que todos la cadena de producción esté implicado y respete la causa.

Se dice que lo ecológico esta “de moda”, con un casi 90% de los consumidores que prefieren consumir productos ecológicos o que vienen de empresas con certificados aprobados por los mecanismos medioambientales. En nuestro caso, podrán encontrar todos los Certificados de Calidad de ADEESA en la página Quienes Somos, además de la amplia nueva gama de materiales sostenibles que proponemos, con productos variados y adaptados a todas las necesidades de consumo.

De manera general, es importante recordar el impacto de la huella de carbono sobre nuestro planeta.

La huella de carbono representa el volumen total de gases de efecto invernadero que producen las actividades económicas y cotidianas del ser humano. Cada vez que viajamos o cargamos nuestro móvil, dejamos atrás una suma de gases que se acumulan en la atmósfera y sobrecalientan al planeta.

De este mismo modo, las empresas también realizan actividades que producen estos gases de efecto invernadero durante el ciclo de vida de los productos que proponen. Por motivos ecológicos, suelen tener la opción de reducir o compensar la huella de carbono mejorando la eficiencia energética, consumiendo energía 100% renovable o realizando campañas de sensibilización.

De manera general, podemos definir la economía circular como “un modelo de producción y consumo que implica compartir, alquilar, reutilizar, reparar, renovar y reciclar materiales y productos existentes todas las veces que sea posible para crear un valor añadido. De esta forma, el ciclo de vida de los productos se extiende”.

Focalizándose sobre el mercado donde se encuentra ADEESA, les podemos asegurar que los materiales plásticos son clave del modelo de la economía circular por su capacidad para ser recuperados y utilizados como recursos, sobre todo teniendo en cuenta la globalización y el ritmo vertiginoso en el que vivimos, con una demanda de productos y recursos cada vez mayor. Además, para hacer posible un crecimiento sostenible, es necesario dar un salto a un modelo de desarrollo que reduzca la cantidad de recursos empleados para fabricar nuevos productos y capaz de dar respuesta a los residuos que genera.

Los materiales plásticos son necesarios porque pueden ofrecer beneficios considerables, ya que tienen la capacidad de ser recuperados y reutilizados. Por ello, la economía circular ofrece una respuesta al reto de la sostenibilidad medioambiental respecto a los materiales plásticos.

El objetivo global para 2030 es garantizar que todos los envases plásticos sean reciclables.

Se pretende desarrollar una nueva economía del plástico donde diseño y producción respeten las necesidades de reutilización y reciclaje y que se desarrollen y promueven materiales más sostenibles.

El plástico tiene una parte esencial en importantes ámbitos de vida: con la prolongación de la caducidad de los alimentos (en nuestro caso), pero más generalmente también, con piezas automóviles más ligeras o la reducción de las emisiones de CO2.

Pero los residuos que genera se acumulan en lugares no desados. Estos problemas son debidos principalmente a factores de mal empleo de los productos en su ciclo de vida por los consumidores o por las administraciones encargadas de los residuos urbanos, por lo que las soluciones deben pasar por:

1. Favorecer mejoras en el sistemas de recogida y recuperación (con la devolución de envases en botellas de PET por ejemplo, útil en nuestro caso)
2. Aumentar la capacidad del reciclaje con una conciencia de lo global a lo local, con tecnologías para limpiar, triturar y volver a transformar plásticos usados en gránulos en situ.
3. Desde ADEESA, dentro de nuestra área, para ayudar la sostenibilidad de los plásticos, reducimos el exceso de embalaje y los residuos de los envases, optimizamos el diseño para la reutilización y reciclabilidad de los envases y la reducimos la complejidad de los materiales empleados.

Para desarrollar la dimensión sostenible de los plásticos, hay sobre todo dos tipos de actuación:

1. Unas empresas prefieren apostar por nuevos tipos de envases en materiales como el vidrio, el cartón o las fibras de origen vegetal.
2. Y otras prefieren recuperar sus productos y optar por el reciclaje y la reutilización de los envases.

Objetivos en España

En 2019, España superó su objetivo y llegó a un índice de reciclado de 51,5% teniendo en cuenta todos los envases (domésticos, comerciales e industriales).

Desde el comienzo del siglo XXI, los diferentes gobiernos no paran de tomar medidas sobre todo en este sector de actividad, como con el impuesto sobre los envases plásticos que se adoptó y que no favorece solamente lograr los objetivos sobre reducir los residuos abandonados en el medioambiente y fomentar la economía circular, sino que afecta gravemente la competitividad en la industria española ya que grava los envases industriales usados por todas las empresas, que también afecta negativamente el cambio climático.

Además de estas medidas tomadas para reflexionar sobre el impacto del material plástico en sí, se encuentran otros problemas como el de un “solo uso”. Se han desarrollado todo tipos de embalajes estos últimos años, sobre todo con el desarrollo de una población más moderna y con nuevas costumbres (el hecho de vivir solo, comer en la calle, comida para llevar…). Este tipo de consumo incrementa la producción aún más, lo que hace usar aún más plástico.

Las empresas de nuestro sector debemos dar soluciones a este impacto ecológico más negativo e importante para producir y usar conscientemente estos embalajes, de la manera más sostenible posible Una de las soluciones que las empresas estudiamos, desarrollamos e incentivamos es fabricar estos envases o embalajes individuales a partir de estos mismos residuos reciclados, debemos abolir el «un solo uso» y aumentar la recuperación de plásticos.

Una pequeña empresa corresponde a empresas de no más de 50 personas. El objetivo de este tipo de empresas es que tanto la ciudadanía en general como los trabajadores puedan observar con facilidad los resultados de su trabajo.

La “dimensión humana” que se busca y que se quiere mantener con este tipo de empresas pasa por la importancia que se de a la eficiencia de cada miembro del equipo. El punto de partida es que cada empleado comprenda su misión y sepa como puede ayudar al funcionamiento de la empresa.

La dimensión humana también tiene otro elemento fundamental, lo cual es la complementariedad de roles dentro del equipo de trabajo. Aquí es necesario que los empleados complementen sus capacidades entre ellos para que el resultado sea realmente mayor que una simple suma de las diferentes actividades. De este modo, sabemos que el equipo necesita interacción cotidiana para solucionar las diferencias y evitar los conflictos. Estos momentos en grupo forman las relaciones que pueden ser personales y profesionales. Por ello, los espacios de trabajo más adecuados son los comunes, para establecer un contacto, una proximidad y un ambiente más agradable para trabajar y mantener la eficacia.

La talla humana de una empresa permite tener más control y gestionar mejor el trabajo, la salud y el buen funcionamiento de todo el equipo.

La magnitud en la que la empresa decide trabajar es fundamental, está relacionado con el tipo de funcionamiento que decide darle a la empresa y que también puede serlo con los valores defendidos por la empresa.

ADEESA forma parte de las pequeñas empresas, de tamaño humano, con una actividad de distribución focalizada en Andalucía.

Tenemos como valor de empresas la importancia del contacto entre las personas, las relaciones en el equipo en sí, pero también con los proveedores y los clientes. Establecer un vínculo en el trabajo con los otros servicios permite florecer el equipo y su eficacia.

Además, el valor en respeto a la sostenibilidad y la conciencia ecológica con la motivación de reducir su impacto negativo al medio ambiente esta muy presente en nuestra empresa. Por ello, la reducción de la zona geográfica a Andalucía permite reducir las emisiones debidas al transporte de mercancías y por ende, reducir la huella de carbono. Podemos garantizarle que nuestras rutas establecidas están pensadas para optimizar al 100% los recursos empresarias y naturales.

Para su información, podemos a disposición una guía de materiales y reciclaje. Descarguela en pdf aquí.

Guía de Reciclaje (pdf, 0.8Mb)